En el corazón de un hermoso valle, se encontraba la Fábrica Las Delicias, un oasis de aromas dulces y sabores exóticos. Famosa por sus mermeladas de piña, la fábrica era un pilar de la comunidad, empleando a 100 personas y llenando las mesas de familias con alegría.
Sin embargo, una tormenta se aproximaba a la fábrica. Las ventas caían estrepitosamente, amenazando con desaparecer la empresa. La inestabilidad en el tipo de cambio del dólar, el alza en los costos de los insumos y la cambiante preferencia de los consumidores se combinaron en una tormenta perfecta.
La incertidumbre se apoderó de los Gerentes. Observaban con preocupación los números rojos, mientras luchaba por optimizar la producción. Se enfrentaban a un mercado cada vez más competitivo, sin una propuesta de valor clara que diferenciara a la Marca. No lograban conectar con los nuevos gustos de los consumidores y se batallaba por mantener la infraestructura tecnológica funcionando. La desmotivación y la incertidumbre se apoderaba de los colaboradores.
En medio del caos, la Junta Directiva decidió reunirse de emergencia. Sabían que la supervivencia de la fábrica dependía de una acción radical. Tras largas horas de debate, una idea surgió: la Alineación Estratégica.
Con la ayuda de un experto, la Junta Directiva diseñó un plan para unificar a los departamentos y enfocarlos hacia un mismo objetivo: revivir las ventas de las mermeladas de piña.
El primer paso fue definir una Visión clara: convertir a la Fábrica de Delicias en la marca líder de mermeladas gourmet, reconocida por su calidad excepcional, sabor irresistible, maridaje extraordinario y un compromiso total con la innovación.
A partir de la visión, se estableció un objetivo estratégico: aumentar las ventas en un 20% en el próximo año. Para lograrlo, se definieron objetivos específicos para cada departamento, creando una red de objetivos que unía a toda la empresa.
La transformación no fue fácil. Se requirió involucramiento, esfuerzo y colaboración de todos. Hubo momentos de duda y frustración, pero la visión compartida los mantuvo unidos.
Al cabo de un año, los resultados hablaron por sí solos. Las ventas se dispararon logrando aumentarlas un 35% (superando el objetivo inicial en un 15%). La empresa se consolidó como líder en el mercado de mermeladas gourmet, reconocida por su calidad, innovación y conexión con los consumidores.
La Alineación Estratégica había hecho su magia. La Fábrica de Delicias se convirtió en un ejemplo de cómo la unión, el enfoque y el trabajo en equipo pueden convertir una crisis en una oportunidad de crecimiento.
En el corazón de la empresa, latía un nuevo espíritu. Los colaboradores se sentían orgullosos de pertenecer a un equipo que luchaba por un objetivo común. La Fábrica ya no era solo un lugar de trabajo, era una comunidad de personas apasionadas por crear delicias que endulzaban la vida de las personas.
Y así, la Fábrica de Delicias continuó prosperando, dejando en claro que la Alineación Estratégica es la receta perfecta para el éxito.
Gary Hamel
La Alineación Estratégica comienza desde arriba. Cuando se definen las prioridades del negocio, la Alta Dirección debe acordar un conjunto único de Objetivos para la Empresa, en lugar de que cada Líder persiga su propia agenda.
Los Ejecutivos a menudo asumen que toda la empresa está en la misma página cuando se trata de Estrategia, pero esta suposición suele ser incorrecta. Si no existe alineación, es fundamental comprender por qué no y abordar los problemas antes de comunicar la estrategia de manera más amplia en toda la Organización.
¿Qué es la Alineación Estratégica?
La Alineación Estratégica es la sincronización de los esfuerzos de todas las unidades de negocio en la Organización. Se trata de brindar resultados empresariales notables, facilitar el cumplimiento de los objetivos de negocio, maximizar el rendimiento de los colaboradores.
¿Cómo hacer que todos remen hacia una misma dirección?
La vinculación de todas las personas con la Estrategia debe garantizar que ésta se convierta en parte fundamental del trabajo diario de cada una de ellas.
Cuando se tiene a todas las personas trabajando en beneficio de la Estrategia (remando todos para el mismo lado), diremos que la Organización está alineada estratégicamente.
Más que comunicación
El proceso de alineamiento debe ir más allá de un simple mecanismo de comunicación, debe abordarse la vinculación explícita de los conceptos: objetivos claros, indicadores, resultados medibles e iniciativas, para cada área de la organización.
Implica, la participación de las personas en la elaboración de los objetivos y su ejecución, a través de: comunicación en doble vía, negociación, trabajo en equipo, coordinación operativa y acuerdos.
El Alineamiento Estratégico es un proceso contínuo
El alineamiento es un proceso contínuo que requiere de constantes chequeos y realineamientos, para mantener la línea se debe ir corrigiendo de manera constante para así hacer frente a los cambios que se vayan produciendo en el camino. El proceso debe garantizar que todos los niveles de la organización se involucren hacia el logro de los Objetivos de la Empresa.
El alineamiento es una habilidad organizacional, por ende, el éxito proviene de la perseverancia y la disciplina de entrenar ese músculo por parte de la organización para así alcanzar el alineamiento total.
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